¿Qué es el herpes?

¿Qué es el herpes?
El herpes es una infección localizada, producida por el virus de la varicela zoster, el mismo que provoca la varicela. El herpes ocurre sólo en personas que ya hayan padecido varicela y corresponde a una reactivación del virus latente de dicha enfermedad. Se desconoce por qué el virus se reactiva en ciertos individuos y en otros no.
¿Cuáles son los síntomas del herpes zóster?
El paciente nota una sensación de picor o dolor en un territorio cutáneo (preferentemente el tronco) y 4 ó 5 días después presenta un enrojecimiento de la piel en esa zona sobre el que brotan unas vesículas que se disponen agrupadas.
Durante esta fase las lesiones son altamente contagiosas pues el virus se encuentra dentro de las vesículas.
Al cabo de 7 a 10 días las lesiones se secan, formando unas costras pardo-amarillentas que se eliminan, dejando a veces una cicatriz residual. Los territorios que más frecuentemente se afectan son el tronco, el muslo o la región ocular. Esta última presenta una mayor gravedad al existir el riesgo de formación de úlceras corneales que conduzcan a la ceguera.
En ocasiones, tras el episodio de herpes zoster puede persistir un dolor residual en esa localización que permanece durante días, meses e incluso años, denominándose neuralgia postherpética. Esto sucede con mayor frecuencia en individuos cuya edad sobrepasa los 50 años.
¿Cuál es su causa?
Tanto el herpes zóster como la varicela están causados por el virus varicela-zóster. Cualquier persona que haya pasado la varicela puede desarrollar un herpes zóster más delante, incluso los niños. Esto se debe a que el virus permanece en su sistema nervioso en estado latente (como si estuviera dormido) durante el resto de la vida.
En mucha gente, el virus nunca se reactiva. Pero en otras, el virus se reactiva y causa un herpes zóster. Es poco frecuente que una persona desarrolle un herpes zóster más de una vez.
El herpes zóster lo pueden contraer personas de todas las edades, pero la mayoría de los casos se dan en personas de más de 50 años de edad.
Tratamiento
Su proveedor puede recetar un medicamento que combate el virus, llamado antiviral. Este medicamento ayuda a disminuir el dolor, prevenir complicaciones y acortar el curso de la enfermedad.
Los medicamentos son más efectivos cuando se inician dentro de las 72 horas después de sentir por primera vez el dolor o el ardor. Es mejor empezar a tomarlos antes de que aparezcan las ampollas. Por lo general, los medicamentos se suministran en forma de pastillas. Es posible que algunas personas necesiten que se les administre el medicamento por vía intravenosa (IV).
Los medicamentos antinflamatorios fuertes llamados corticosteroides, como la prednisona, pueden emplearse para reducir la inflamación y el dolor. Estos medicamentos no funcionan en todas las personas.
Otros medicamentos pueden incluir:
Antihistamínicos para reducir la picazón (tomados por vía oral o aplicados en la piel)
Analgésicos
Zostrix, una crema que contiene capsaicina (un extracto del chile picante) para reducir el dolor
Siga las instrucciones de su proveedor sobre cómo cuidarse usted mismo en casa.
Otras medidas pueden incluir:
Cuidar su piel aplicando compresas húmedas y frías para reducir el dolor, y tomar baños calmantes
Reposar en cama hasta que baje la fiebre
Permanezca alejado de otras personas mientras las lesiones estén supurando para evitar infectar a quienes nunca han tenido varicela, especialmente las mujeres embarazadas.
¿Puede contagiarse el herpes zóster?
Esta enfermedad no puede contagiarse de una persona a otra, aunque quien lo padece sí puede transmitir a otras el virus varicela zóster mediante el contacto directo con las secreciones de las ampollas, que contienen el virus.
Por tanto, si la persona que se infecta por primera vez entra en contacto con este virus a través de las lesiones de la piel del enfermo, desarrollará varicela en lugar de herpes zóster.
La persona no puede contagiar antes de que se formen las ampollas, ni una vez que se secan y aparecen las costras.
¿Cuáles son las complicaciones de la enfermedad?
Un herpes zoster puede tener las siguientes complicaciones:
Sobreinfección bacteriana. En ocasiones, las lesiones que el herpes produce en la piel pueden sobreinfectarse por una bacteria, debiéndose administrar tratamiento antibiótico.
Herpes oftalmicus. Se trata de la afectación del ojo. Puede llevar a la ceguera si no se pone tratamiento antiviral apropiado.
Síndrome de Ramsay-Hunt. Las vesículas aparecen en el oído (canal auditivo externo) acompañándose de dolor en dicha zona, pérdida del gusto en una zona de la lengua y parálisis facial.
Herpes diseminado. Se produce en algunas personas con defensas bajas, sobre todo con cáncer o que hayan sido trasplantados. Las lesiones de herpes se diseminan por todo el cuerpo semejando una varicela. Un porcentaje pequeño de estos pacientes (aproximadamente el 10%) puede tener complicaciones en otros órganos como neumonía, hepatitis o meningitis, siendo excepcionalmente mortal.
Neuralgia postherpética. En ocasiones, una vez curadas las lesiones de la piel, puede quedar un dolor en la zona, muchas veces intenso, que puede ser referido como un latigazo, una descarga eléctrica o una quemazón. El dolor puede ser muy invalidante. Puede acompañarse de menor o mayor sensibilidad en dicha zona. Aparece en aproximadamente la mitad de los pacientes que desarrollan un herpes zoster por encima de 60 años.
Afectación cerebral. Un porcentaje pequeño de pacientes puede desarrollar una meningoencefalitis en el contexto de un herpes zoster, caracterizada por fiebre, dolor de cabeza, vómitos y signos de meningitis. Suele tener una evolución benigna.
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